Seguro que has oído hablar de IaaS, PaaS y SaaS. En el siguiente artículo vamos a hablar de qué significan estos acrónimos, qué servicios ofrecen y cuándo conviene utilizar cada uno de ellos.
La principal diferencia entre IaaS, PaaS y SaaS es el nivel de administración y responsabilidad que tenemos en cada uno, siendo IaaS el más abierto y SaaS el más cerrado y gestionado por el proveedor.
IaaS (Infrastructure as a service)
Aquí incluimos los servidores, alojamiento y el uso de las redes. Podemos escalar según nuestras necesidades y el pago es por uso de cada recurso. AWS EC2, Azure VM, Google Cloud Compute Engine y Alibaba Cloud ECS son IaaS.
Utilizamos IaaS cuando queremos la máxima versatilidad y control de nuestra infraestructura.
PaaS (Platform as a Service)
En este modelo, se elimina nuestra gestión de la infraestructura y nos centramos en el código. Los desarrolladores envían su código y la nube provee todos los recursos necesarios para que este pueda correr. Ejemplo de PaaS son AWS Elastic Beanstalk, Azure App Service y Google Cloud App Engine.
Por tanto, aquí nos olvidamos de la infraestructura, que escalará sola según la demanda que se necesite sin tener que configurar casi nada.
SaaS (Software as a Service)
Por último tenemos SaaS, un servicio que todos hemos usado alguna vez. ¿Usas Gmail? ¿Hotmail? ¿Yahoo? ¿Slack? Todos son SaaS. Aquí no gestionamos nada de infraestructura, el servicio es totalmente gestionado por la empresa que lo ofrece. Normalmente se paga mediante una suscripción.
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